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sábado, 18 de marzo de 2023

Quién soluciona la congestión de la Puerta del Sol

Piden que el impuesto de rodamiento sea para aportar soluciones

Por: Bernardo Socha Acosta
Bucaramanga. – Transportadores y pasajeros coincidieron en afirmar que a las autoridades de la capital de Santander les quedó grande solucionar un grave problema de movilidad que se ha venido acentuando en la Puerta del Sol, de sur a norte.

Cuando cualquier usuario recorre la meseta de Bucaramanga o el Área Metropolitana en ese sentido ya sea desplazandose de Floridablanca por la autopista, o proveniente de de Girón, la alegría de transitar ambos  corredores viales que han sido mejorados en el pasado, se acaba cuando se aproxima al punto llamada Puerta del Sol.

En ese punto, la improvisación y bien puede decirse ignorancia de los diseñadores del corredor de Metrolínea, redujeron los carriles de, 4 y 3, a solo 2, en el paso del parador de la estación de transporte masivo,  convirtiendo la vía en un cuello de botella que  represa el flujo automotor proveniente de dos autopistas (la de Floridablanca y Girón) en un hecho enloquecedor de tortura para cualquier persona, sin que eso haya despertado la menor reacción entre las autoridades encargadas de administrar la ciudad.

Este cuello de botella demanda la atención inmediata de los responsables de un buen servicio a la comunidad, porque los usuarios ya sea de transporte público o particular,  van a tener que reaccionar de la forma que lo tienen que hacer las comunidades cuando no se les escucha, porque los dueños de vehículos pagan impuesto de rodamiento es para que haya un buen servicio de corredor vial, no es para que aumenten la burocracia.

En la gráfica de bersoahoy, se muestra la 
ciclovía de la carrera 21 subutilizada
En la estación de Metrolínea de la Puerta del Sol, cualquier ingeniero principiante de los que diseñaron la vía, se habría imaginado que, para evitar ese cuello de botella, era necesario ampliar el corredor hacia el occidente para conservar los 3 carriles del costado oriental y no ocasionar el embudo que ha venido pululando y que cada día se empeora. Y si cada día se agrava la situación, las autoridades de turno están en la obligación de emendar los errores, y buscarle una solución a ese cuello de botella de la Puerta del Sol que está causando muchas dificultades.

Ya hay inquietudes de rebeldía por esta razón. Si no hay solución los usuarios solicitarán la atención por otras vías, las que las comunidades tienen que tomar cuando no se les escucha, dijeron transportadores.  Por qué las autoridades esperan hasta que la inconformidad se represe.

 Así se cuestionaron voceros de los usuarios de las vías.

Los facilistas dirían que para soliviar este problema, los transportadores particulares y hasta taxistas podrían desviar a tomar la carrera 33, por la entrada que hay antes de llegar a la Puerta del Sol, pero eso es ya el peor calvario infernal, porque la 33 desde el puente que conecta  la vía a Girón, tampoco tiene cobertura y al paso por frente a los colegios La Merced y la Presentación, es imposible transitar.

De tal manera que, de nada sirvió, que los alcaldes de turno de hace algunos años se proyectaran al futuro, como Carlos Ibáñez Muñoz y Luis Francisco Bohórquez, quienes hicieron mega-obras futuristas contra viento y marea. Ellos fueron los impulsores y ejecutores de  proyectos como el Intercambiador de la Puerta del Sol, la ampliación del viaducto García cadena y la construcción de un nuevo carril por la autopista a Floridablanca.

Otro punto de la que fue una vía arteria 
moderna y que hace 6 años quedó reducida
al pasado, cra 21, y una ciclovía subutilizada 
Para desdicha de los habitantes de Bucaramanga, el Área Metropolitana y de quienes llegan de visita  a la ciudad, se encuentran que los corredores viales son una tortura, como lo de la puerta del Sol. Y si a esto le sumamos lo que le ocurrió a importantes arterias viales como  la carrera 21 que después de tantos años de lucha, una administración municipal, logró ampliarla de extremo a extremo (norte a Sur) para agilizar el flujo automotor porque era una arteria prioritaria, pero de un momento a otro quedó nuevamente reducida a nada, o convertida en el pasado.

 En las dos últimas administraciones municipales de Bucaramanga, la ciudad retrocedió en capacidad para desembotellar el flujo vehicular. La destrucción de las vías arterias comenzó hace unos 6 años cuando sin ninguna planeación y con una miopía  de futuro, comenzaron a diseñar ciclorrutas, sin estudios de factibilidad y las hicieron por vías vehiculares preferenciales.

Y es que nadie se opone a las ciclovías porque estas también hacen parte del desarrollo de la ciudad, pero para eso hay calles y carreras  intermedias que se pueden emplear y con mayor seguridad para los que utilizan la bicicleta. Por donde fueron trazadas las ciclorrutas, no ofrecen las mínimas normas de seguridad, por el alto paso de automotores pesados y a gran velocidad.  

Si miramos qué factibilidad tienen hoy las ciclo-rutas, vemos que ninguna. Los ciclistas no las utilizan por el alto riesgo que ofrecen. Son servicios (las ciclovías) que por la improvisación se han convertido es, en corredores de la muerte, porque un ciclista que avanza paralelo a un camión a gran velocidad, el vehículo mayor atrae al menor y causa un accidente mortal. Muchos críticos han reiterado que no es una afirmación descabellada, decir que las ciclovías fueron hechas sin ningún estudio técnico y las hicieron al parecer para pagar favores políticos.