El país atraviesa una de las peores crisis agropecuarias y el gobierno parece creer que la recuperación se logra importando productos transgénicos (organismos genéticamente modificados). Con la política de seguridad democrática, los sectores del primer renglón de la producción (campesinos) han quedado desprotegidos, pues el mayor presupuesto es para las fuerzas armadas, para hacer frente a la guerra con los sectores insurgentes.
Colombia, calificado un país agrícola por su diversidad geográfica y de climas, pasó de ser un país exportador de productos agropecuarios a un territorio importador de la mayor parte de los alimentos, por obra y gracia de la política equivocada.
Hoy Colombia importa maíz, pescado, trigo, arroz, cebada, sorgo, soya y petroleo entre otros productos y nadie ve una política consecuente con las circunstancias, porque al parecer la mayoría de los llamados “padres de la patria” y el gobierno se han entretenido con la tan cacareada “Seguridad democrática”, mientras el país avanza cada año hacia una triste época de hambre y mayores problemas sociales y enfrentamientos bélicos entre las agrupaciones subversivas y las fuerzas regulares que cada año reciben mayor presupuesto para fortalecer la guerra.
Algunos críticos sostienen que la importación de alimentos obedece al libre comercio, pero la realidad es que se debe más al abandono y al despectivo tratamiento a que los gobiernos han sometido los campos colombianos, especialmente en los 6 años, porque todo se concentra en la llamada seguridad democrática, que poco resultado ha dejado, a pesar de los millones y millones invertidos.
Causas de la falta de producción
Algunas de las causas que más han generado escasez están sintetizadas en que, por un lado el gobierno ha sometido a un régimen tributario a los colombianos, sin hacer alguna excepción para los artículos que como insumos son empleados en la producción de alimentos agrícolas.
El IVA
Los productores del campo deben pagar el llamado IVA sin ninguna contemplación, gravamen que en el actual gobierno fue reajustado al 16% y la medida encarece de manera desproporcionada los insumos requeridos para esas labores de producción.